Cuando el pantano de Entrepeñas lucía todo su esplendor el agua del remanso llegaba hasta este puente. Eso ocurría cuando no la expoliaban por el trasvase Tajo-Segura. Cuesta creer que una de las pocas fuentes de riqueza de la región más despoblada de Europa se la lleven junto al mar, donde hay kilómetros cúbicos de agua para desalar. Hay quien llama a eso solidaridad.
Aquí está el puente, escondido entre álamos fuera de la vista de los que circulan por la carretera, sólido bajo el chaparrón de mayo salvando un arroyo que baja caudaloso hoy pero que ya veremos en tiempos peores.
Comentarios
Publicar un comentario