Acabo de volver de tres días en solitario por el valle de Hecho, en el Pirineo aragonés y ahora mismo estoy abrumado.
Abrumado por lo sobrecogedor de los paisajes que he visto. Para un mesetario como yo contemplar semejantes moles adornadas de imponentes árboles, unos verdes, otros ocres, otros rojos, pasando por todos los tonos intermedios es un placer que no soy capaz de expresar en un texto. Sólo puedo mostraros lo que buenamente puedo seleccionar de los centenares de fotos que tomé en estos maravillosos días y noches. Lo cual me tiene abrumado también ante la avalancha de imágenes que clasificar, procesar y guardar.
Esa tarde-noche hice la foto que más frío me ha hecho pasar al tomarla. Tras esperar a que dieran las siete de la tarde para que oscureciera, en el refugio de Gabardito -como en toda la Jacetania esa noche- corría un viento que convertía los seis grados de temperatura en varios bajo cero, o al menos así me parecía.
Uno no elige cuando sale la luna ni sus fases y aquella noche había cuarto creciente que iluminaba el refugio y los picos de Agüerri dándoles ese característico tono que da su luz polarizada que aún así me permitió tomar parte de la Vía Láctea.
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Fujifilm X-T1; Fujinon XF 14mm R; 14s f/2,8 |
Continuará...
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