En otra entrada contaré el resto de la excursión vespertina que me llevó a descubrir (para mi fue realmente un descubrimiento aunque en realidad sea una atracción turística) el dolmen de Aguas Tuertas, donde leyendas del lugar dicen que habitan duendes.
Uno se imagina los dólmenes como si todos ellos los hubiera construido Obelix, pero no: este es del tamaño de la mesita de centro de un salón-comedor, de manera que sorprende que haya sobrevivido a cinco mil años de hielo, frío, calor y el paso de generaciones posteriores a los que los construyeron.
Ahí está, diciéndonos como es la letra Pi desde hace cinco milenios en la entrada al magnífico valle de Aguas Tuertas.
Enigmático y maravilloso.
Uno se imagina los dólmenes como si todos ellos los hubiera construido Obelix, pero no: este es del tamaño de la mesita de centro de un salón-comedor, de manera que sorprende que haya sobrevivido a cinco mil años de hielo, frío, calor y el paso de generaciones posteriores a los que los construyeron.
Ahí está, diciéndonos como es la letra Pi desde hace cinco milenios en la entrada al magnífico valle de Aguas Tuertas.
Enigmático y maravilloso.
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Fujifilm X-T1; Fujinon XF 18-135mm WR; ISO 320; 18mm; f/7.1; 1/250s |
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