Personalmente quizás lo mejor del 2017 haya sido mi viaje otoñal por este valle. Es muy difícil explicar lo enriquecedor que ha sido pasear por esos montes con mi persona como única compañía: solo con mis pensamientos dejando atrás preocupaciones, centrado en mis pasos y en encontrar el mejor encuadre para prácticamente todo lo que se presentaba ante mi vista, desde las hojas doradas de un haya contrastando con el verde de los abetos hasta la majestuosidad de todo un valle.
Suspiro por volver, por llevar a mi gente a disfrutarlo, por regalar a mis hijas una experiencia que las enganche a estas montañas desde la niñez como a mi me han enganchado en la madurez; tengo la ilusión de que me pidan ir una vez tras otra, y si ya fuera para fotografiarlo creo que tendría gran parte de su educación conseguida...
Estas fotos las hice en la mañana del día de mi marcha, estirando el tiempo con largas exposiciones en el puente de Santa Ana encuadrando el barranco del Infierno tras el filtro Big Stopper para que las nubes pintaran el sensor de mi cámara.
Y es que es imposible hacer una despedida definitiva de este lugar. Queda la necesidad de volver, esa sensación de que has encontrado el lugar perfecto para la evasión personal, para encontrar siempre algo nuevo y fascinante dentro de lo ya conocido.
Aquella mañana me despedí pero no demasiado.
Suspiro por volver, por llevar a mi gente a disfrutarlo, por regalar a mis hijas una experiencia que las enganche a estas montañas desde la niñez como a mi me han enganchado en la madurez; tengo la ilusión de que me pidan ir una vez tras otra, y si ya fuera para fotografiarlo creo que tendría gran parte de su educación conseguida...
Estas fotos las hice en la mañana del día de mi marcha, estirando el tiempo con largas exposiciones en el puente de Santa Ana encuadrando el barranco del Infierno tras el filtro Big Stopper para que las nubes pintaran el sensor de mi cámara.
Y es que es imposible hacer una despedida definitiva de este lugar. Queda la necesidad de volver, esa sensación de que has encontrado el lugar perfecto para la evasión personal, para encontrar siempre algo nuevo y fascinante dentro de lo ya conocido.
Aquella mañana me despedí pero no demasiado.
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