La gran clave del éxito en la fotografía es estar en el momento adecuado y en el sitio adecuado. Si lo que deseamos es capturar algo tan efímero como una estrella fugaz entonces estamos tratando con cantidades infinitesimales de tiempo y las probabilidades de éxito se reducen. Obtienes la foto de una y te sientes como si hubieras extraído una gema de una mina abandonada.
Ayer sacrifiqué la asistencia a una actuación de Marianico el Corto que formaba parte del maravilloso programa de las fiestas de mi pueblo para echar la cámara, el trípode, una silla, unas galletas y una botella de agua al maletero y marcharme al campo a ver caer perseidas y afotarlas, si fuera posible. Os aseguro que el espectáculo fue maravilloso.
Evidentemente me refiero al de las perseidas.
Conseguí ver un par de ellas de categoría superior, posiblemente fueran hasta meteoritos, pero ambas me pillaron cambiando la cámara de posición y os podéis imaginar mi decepción, pero esta no se escapó. Tanto que ni siquiera me di cuenta de ella hasta que he descargado las fotos en mi ordenador y ahí estaba: en la Vía Láctea, sobre M31 Andrómeda mi galaxia amiga, a la que ya he conseguido afotar más de cerca con mi nuevo cachivache astronómico, pero esa es otra historia de la que espero manteneros convenientemente informados más adelante.
Como la música amansa a las fieras, dicen, aquí os pongo la banda sonora de la sesión.
Ayer sacrifiqué la asistencia a una actuación de Marianico el Corto que formaba parte del maravilloso programa de las fiestas de mi pueblo para echar la cámara, el trípode, una silla, unas galletas y una botella de agua al maletero y marcharme al campo a ver caer perseidas y afotarlas, si fuera posible. Os aseguro que el espectáculo fue maravilloso.
Evidentemente me refiero al de las perseidas.
Conseguí ver un par de ellas de categoría superior, posiblemente fueran hasta meteoritos, pero ambas me pillaron cambiando la cámara de posición y os podéis imaginar mi decepción, pero esta no se escapó. Tanto que ni siquiera me di cuenta de ella hasta que he descargado las fotos en mi ordenador y ahí estaba: en la Vía Láctea, sobre M31 Andrómeda mi galaxia amiga, a la que ya he conseguido afotar más de cerca con mi nuevo cachivache astronómico, pero esa es otra historia de la que espero manteneros convenientemente informados más adelante.
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