Hoy hace cinco años que tuve la oportunidad de conocer a una nueva personilla: un bebé recién nacido.
Perdón por la descortesía, pero es que sus padres no me permiten divulgar su identidad; son desconfiados en las cosas estas de Internet y a duras penas he conseguido su permiso para colocar esta foto en el blog, gracias a que hay mucha confianza y además el tiempo pasa por lo que su aspecto nada tiene que ver con el actual. (Tampoco es que el historial de visitas de este blog sea como para pensar que lo ven muchas personas no allegadas.)
Lo que sí sé es que hoy cumple cinco añitos, por lo que supongo que la celebración será por todo lo alto: habrá tartas (me consta que a su padre le sale la Sacher de rechupete); fiesta en algún sitio de esos donde estabulan a los amiguitos durante un rato a sus anchas mientras los progenitores aumentan los índices de glucemia y colesterol; recibirá regalos a cascoporro en muchos casos de un solo uso... pasará un día largamente esperado, feliz, no muy consciente del cariño de los suyos, pero feliz, como se debe ser a los cinco años ¿no?
Así que nada, muchas felicidades, antiguo bebé difícilmente identificable, y gracias a tus padres por dejarme incluirte en el blog y a ti por enseñarme esa preciosa y oronda carita de incitación al canibalismo infantil cuando me acerqué aquel día a fotografiarte, perdón, a afotarte.
Perdón por la descortesía, pero es que sus padres no me permiten divulgar su identidad; son desconfiados en las cosas estas de Internet y a duras penas he conseguido su permiso para colocar esta foto en el blog, gracias a que hay mucha confianza y además el tiempo pasa por lo que su aspecto nada tiene que ver con el actual. (Tampoco es que el historial de visitas de este blog sea como para pensar que lo ven muchas personas no allegadas.)
Lo que sí sé es que hoy cumple cinco añitos, por lo que supongo que la celebración será por todo lo alto: habrá tartas (me consta que a su padre le sale la Sacher de rechupete); fiesta en algún sitio de esos donde estabulan a los amiguitos durante un rato a sus anchas mientras los progenitores aumentan los índices de glucemia y colesterol; recibirá regalos a cascoporro en muchos casos de un solo uso... pasará un día largamente esperado, feliz, no muy consciente del cariño de los suyos, pero feliz, como se debe ser a los cinco años ¿no?
Así que nada, muchas felicidades, antiguo bebé difícilmente identificable, y gracias a tus padres por dejarme incluirte en el blog y a ti por enseñarme esa preciosa y oronda carita de incitación al canibalismo infantil cuando me acerqué aquel día a fotografiarte, perdón, a afotarte.
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